Tú Primero…

Tú Primero...

“Coloque su máscara de oxígeno antes de asistir a los demás”. Aviso de Seguridad de un Avión

Una de mis pasiones es viajar. En efecto, es casi una misión. Desde hace muchos años me propuse viajar y conocer nuevos lugares, culturas y personas. Y los que me conocen saben que me lo he tomado en serio. Hace unos días estaba de viaje y mientras repasaba las instrucciones brindadas por los asistentes de vuelo, se me ocurrió que teníamos que hablar de una de ellas particularmente. ¡Sí! Y dirás: “la perdimos nuevamente”. Pero ya verás que es lo más lógico del mundo. Una de las instrucciones más importantes es una que dice más o menos: “Coloque su máscara de oxígeno antes de asistir a los demás.” O sea, una de las medidas más importantes de seguridad es que usted tiene que cuidar de Misma(o) antes de cuidar a los demás. Su vida y su seguridad son vitales en un momento de emergencia. Y es totalmente cierto, si nosotros no estamos bien, no podemos ayudar a los demás.

A diario me encuentro con seres humanos espectaculares. Con un corazón de oro. Personas que son excelentes cuidadores de los demás. Madres que se desviven por sus hijos dándoles el mejor cuidado, alimentación, educación, los llevan a las terapias, a los juegos, le compran el mínimo detalle, etc. Esposas que son las compañeras ideales: la casa ordenada, la ropa hasta organizada por colores, la mesa puesta cuando su pareja llega, todo en orden y mucho amor para ellos. Hijos(as) que se desviven por sus padres que ya están mayores: los cuidados, la “doñita empolvada como una mayorca para que no se queme”, las comidas al día y por hora, sus citas médicas puntuales, las medicinas según la agenda. Pero… Ellos están desgastados. Sin dormir. Hace mil años que no visitan un médico. No comen. Y por ahí va por la vida: “la mamá de fulanito, la esposa de Pedrito, la hija de doña Inés”. Y Ana, Luis y Luz desaparecieron del planeta que ya ni el nombre les queda. Y yo los veo y mi corazón se parte en pedazos.

Y no me malinterprete. Es espectacular ser un buen padre, esposo(a), hijo(a), cuidador, profesional, etc. Todos los sombreros habidos y por haber. Pero sin olvidarse de Misma(o). Ahí es donde los seres espectaculares dejamos de ser tan espectaculares. Porque no puedes cuidar a otro si no te cuidas tú. ¿Qué va a pasar el día que tú faltes? Una de dos cosas: o la vida va a continuar y otro hará lo que tú haces (talvez no igual, pero lo hará). O simplemente esa persona de la que tanto cuidas va a estar perdida(o) sin ti porque nadie más va a poder hacer nada en la vida por el (ella) como tú. Es bueno ser chulita(o) con los demás, pero con la mejor persona que te tienes que portar es contigo.

La compasión y el amor para con los demás son excelentes virtudes. Pero nunca, deben estar por encima de la autocompasión y el amor propio. Saca tiempo para ti, tiempo para: cuidarte, alimentarte, descansar, hacer algo que te distraiga, leer, ir a tus médicos, etc. Al principio te sentirás extraño(a) y hasta culpable. Aun así, no dejes de hacerlo. Tu máscara de oxígeno está fundada en esas cosas que has considerado triviales ante las necesidades de los demás. Te aseguro que haciendo esto vas a poder ser mejor persona, madre, padre, hijo(a), cuidador(a), etc.

Esta semana, haz algo para ti. Comienza por algo sencillo y no te rías con lo que te voy a sugerir. Date un baño con un olorcito rico que te guste. Suelta el teléfono. Pide relevo a tu compañero(a) o algún familiar. En ese momento toma conciencia de lo que estás haciendo. Tienes que estar completamente presente. Se llama conciencia presente o “mindfulness”. Disfruta el agua, la temperatura, el olor, tu cuerpo. Hazte ese despojo que nunca te puedes hacer por la prisa. Y sonríe. Sí. Sonríe. Regálate tu mejor y mayor sonrisa. Ponte tu máscara de oxígeno y sonríe.

Porque soy espectacular, merezco mi amor. Reconocer que soy una prioridad en mi propia vida y que soy primero,; es conectar.

Un abrazo a mis soles espectaculares,

Misma