Cuando estamos presente en el momento, practicando el “mindfulness” respondemos en lugar de reaccionar.
En días recientes estaba pensando en lo “reactivos” que estamos los seres humanos a todos niveles. Talvez sea la situación del país, del mundo, ese no sé qué que nos agita los sentidos a nivel colectivo y que nos lleva a reaccionar ante todo de manera viceral. Sí! Porque es como desde las viceras que salen las reacciones últimamente. En todos lugares vemos gente agitada, enfrascándose en dilemas, insultando a otros y en ocasiones uno se queda como “seré yo o esta persona está exagerando la nota”. Y es que no es lo mismo responder que reaccionar.
La Reacción proviene de las emociones. Es algo que se desata en nuestro interior. Sin lógica. Sin razón. Es lo que te saca el “dark side”. Viene del drama interno. No viene ni de lo que ocurrió ni de lo que te dijeron. Viene de la emoción que desata eso que ocurrió o que te dijeron. Es algo de lo cual en la mayoría de las ocasiones nos arrepentimos. Herman@ porque usualmente “metes la pata hasta la cadera”. O lloras por lo que no se suponía que llorararas o gritas y pataleas sin sentido. Así de ridículos nos ponemos cuando reaccionamos. Es que te dan ganas de abofetearte tú mism@. Es el papelòn del siglo. Por el que te llevas el Oscar que no quieres.?
En cambio, la respuesta aunque responde comoquiera a un estímulo externo que puede ser algo que ocurrió o que te dijeron, viene de la razón; de la lógica. Es algo que viene sin emociones. No es personal. No es defensiva. Es civilizada. No es impulsiva. Y no se trata de un “fake” pero sí de tomar las cosas en su justa perspectiva. Viene de no ver las cosas personales. La realidad es que no eres tan “estrella” en este mundo para entender que todo lo que la gente dice, piensa o actúa tiene que ver contigo o con lo que estás pasando.
Y ¿cuál es el truco para más respuesta y menos reacción? Sencillo: estar presente y consciente del momento. No pensando en el pasado o en el futuro. Cuando estamos presente en el momento, practicando el “mindfulness”, respondemos en lugar de reaccionar. Entonces lo que sale por nuestra boca es algo balanceado. Así no hay arrepentimientos. Claro, que esto no se logra de la noche a la mañana y hay que practicarlo. Pero créeme que vas a pasar menos vergüenzas.
En adelante, cuando ocurra algo que como digo yo “te encebolle el hígado”, respira. Ponlo en su justa perspectiva. Y responde no reacciones, eso también es conectar.
Abrazos ☀️,
Misma