Las Cargas

El día de despedida de año recibí una llamada de un joven al que amo mucho. Por alguna razón la Despedida de año revuelca muchas emociones en los seres humanos y con el no fue la excepción. Me llamó llorando desconsoladamente. Me partió el corazón. La razón por la que lloraba era porque estaba pasando esa noche solo y su familia completa estaba en discordia. Él me dice “ya no sé qué más hacer para que ellos resuelvan sus problemas”. Durante un rato lo escuché destruido y con el corazón en pedazos. Cuando terminé de escucharlo le dije lo que el jamás pensó que le diría, porque el estaba esperando la solución mágica para ayudar a su familia: no hay nada que puedas hacer por ellos. No hay nada que puedas hacer para resolver las diferencias que hay entre tus padres, tu hermano y tu abuela. Esa batalla no te toca librarla a ti. Y yo lamento mucho que en algún momento de tu vida tu hayas entendido o alguien te haya hecho creer que tu podías hacer algo o que eras responsable de hacerlo. Las relaciones requieren un acuerdo de voluntades entre las personas y ninguno de ellos tiene ganas de estar bien con el otro. Cierto, tu no puedes escoger a la familia que te tocó, pero sí puedes elegir la forma en la que te relacionas con ellos y en la cual eso no te siga destruyendo. No se trata de abandonarlos, ni de dejarles de hablar, pero tienes que buscar una forma de relacionarte con ellos que no ponga un peso en tus hombros que va más allá de lo que puedes manejar. Esa carga no te toca a ti.

Hoy comparto esto contigo porque talvez estas pasando por lo mismo. Y llevas años pasando por lo mismo y aun no te has dado cuenta de que llevar la fiesta en paz requiere la cooperación de todos. Que tu no necesitas ser el salvador del mundo. ¿Qué duele? ¡Claro que duele! Pero no te toca a ti. Y también lo comparto porque hay muchos padres y madres que me siguen y talvez llevan años cargando a sus hijos (sin darse cuenta) con responsabilidades y misiones que no le corresponden y luego nos encontramos con adultos rotos y nos preguntamos qué pasó.

Ojalá y estemos a tiempo de liberar a los demás y a nosotros mismos de las cargas que no le corresponden.

Les envío un abrazo.

Misma