Cuando escoges tus batallas, canalizas tu energía de una forma efectiva. Eso se llama tener poder.
En los últimos días he estado de vacaciones fuera de Puerto Rico con un grupo de amistades. Unas vacaciones que habían sido planificadas con bastantes meses de anticipación y que eran el tiempo de descanso y relajación que necesitaba ante tanto trabajo del 2016. El día en que partíamos para Fort Lauderdale a tomar nuestro crucero fue un día que marcò la vida para muchas personas, que como yo, acostumbramos viajar frecuentemente pensando que todo va a estar bien.
Aquella fatídica tarde un hombre desequilibrado y enfermo mental decidió comenzar a disparar indiscriminadamente a las personas que se encontraban en el área de reclamo de equipaje del aeropuerto de Fort Lauderdale en Florida. Las heridas emocionales quedarán para siempre. Varios muertos, demasiados heridos y corazones destrozados ante el terror de esa experiencia.
En nuestro caso, cuando fuimos a comprar los pasajes contemplamos la opciòn del vuelo que precisamente llegaba a la hora en la que se estaba dando el lamentable incidente. Sin embargo, algo nos dijo que compráramos el vuelo de la tarde para descansar y no andar con prisa. Sabemos que fue la mano de Dios protegiéndonos una vez mas. Cuando salieron las noticias aun estábamos en PR. Algunos de nuestros amigos (éramos mas de 30 personas en este viaje) ya se encontraban esperándonos en la Florida. Otros estaban en otros terminales del aeropuerto de Puerto Rico, porque volábamos por distintas líneas. Muchos sentimientos encontrados entre las personas que nos rodeaban. Nuestras familias extremadamente preocupadas. Nuestros teléfonos explotando de mensajes. Muchas personas molestas y a la vez consternadas, porque perdían sus vuelos. Ante todo esto, nosotras lejos de quejarnos porque estuvimos horas esperando en el Gate en lo que cancelaban los vuelos y demás, dimos gracias a Dios por nuestra vida y rezamos por las víctimas y por el victimario. Sí. Rezamos por el, porque solamente una mente atormentada y fuera sí, puede concebir matar a seres humanos inocentes. Porque probablemente el estaba pidiendo ayuda desde hacia tiempo y no la había recibido. Rezamos también por los familiares de las víctimas y por las del victimario, porque igual debe ser difícil enfrentar la realidad de que uno de los tuyos cometió un acto tan desgarrador.
Ese dia nos crecimos porque fuimos de las pocas personas pacientes y compasivas con los empleados del aeropuerto. Era una nueva oportunidad de escoger nuestra batalla. Todos estábamos en una situación difícil y no era culpa de nadie. Hablamos con muchos extraños. Conocimos muchas personas. Y nos dimos cuenta que los momentos de crisis pueden sacar lo mejor y lo peor de cualquier ser humano. En nuestro caso, nosotras decidimos sacar lo mejor de cada una a pasear. Logramos cambiar nuestro vuelo para el próximo día. La única diferencia es que esta vez, llegábamos a Orlando y debíamos guiar casi 4 horas para llegar a Fort Lauderdale.
Al otro día, con el mismo amor, arrancamos y nos montamos en nuestro nuevo vuelo. Al llegar a Orlando estaba lloviendo demasiado. Lo que representaba que íbamos a tener mal tiempo para guiar tantas horas. Un desayuno ligero y salimos a la carretera. Gracias a Dios cuento con la mejor compañera de viaje que cantò, bailò y habló (hasta por los codos) para que no me quedara dormida mientras guiaba. En todo momento estábamos consientes de los afortunadas que éramos. Horas después logramos llegar a entregar el carro. Allí en el local de entregar el carro había un ambiente de molestia, malhumor, incomodidad porque éramos demasiadas personas en la misma situación. Muchas personas sin dormir, que habían guiado hasta 12 horas para llegar allí. Poco personal (ya que lo que había ocurrido al cerrar los aeropuertos era totalmente anormal) y no estaban preparados. Vimos gente insultarse y que por poco se van a las manos por entregar un auto. Las personas agredían con palabras e insultaban a los empleados de la compañía de autos, quienes luego de horas de insultos también respondían de la misma forma. Tuve que hacer la fila tres veces para entregar el auto. Por distintos motivos estuvimos allí más de 2 horas. Aun así, cuando llegué al mostrador donde el empleado, lo miré a los ojos y le sonreí. Le pregunté, cómo estaba a lo que él respondió que había sido uno de los peores días de trabajo de su vida. Mientras me cobraba le dije que este día también iba a pasar. Que yo le agradecía su esfuerzo ante el momento de crisis. El me dio las gracias por las palabras. Y después me dijo “no se moleste pero tengo que cobrarle la gasolina porque el tanque está a la mitad”. Le digo: “no importa, no es tu culpa. Es la mía por no parar.” Me dice: “Es que la señora anterior me insultó por eso” Le digo: “La señora anterior es distinta. Ella esta cansada. A veces el cansancio nos nubla. Yo valoro tu trabajo. Còbrame para que sigas con el próximo”. Y me despedí deseándole lo mejor. Talvez, para el resto que estaba en la fila, mi actitud de no hacerle coro a su desesperación y molestia, era incorrecta. Pero yo tenia claro en que yo tenia que hacer la diferencia en el día de ese empleado. Y al final, sacarle una sonrisa, me hizo sentir que era la persona mas poderosa que se encontraba en aquel lugar. Como ves, el poder tiene una definición distinta en cada ser humano. Escoger tus batallas es un acto de poder.
Al final del día logramos reunirnos con nuestros amigos y zarpamos. Nuevamente confirmamos que hemos madurado emocionalmente como para reconocer que había tanto en nuestra odisea por agradecer y que el panorama siempre pudo haber sido peor. A veces, escogemos enfocarnos en lo negativo y eso nos nubla el entendimiento y la razón. En nuestro caso, luego de mucho tiempo practicando los ejercicios de agradecimiento, haciendo journaling y aplicando lo aprendido sobre “la digestiòn de las emociones” todo fluyò de una manera en la que nosotras mismas nos sorprendimos. No hay mayor satisfacción que el estar en control de lo único que te pertenece: tus reacciones.
A continuaciòn te comparto varias lecciones de esas 24 horas:
- La vida es corta. Haz lo que tengas o quieras hacer hoy. Es posible que no haya un mañana.
- Sé agradecido. En lo pequeño y en lo simple, vive con un corazòn agradecido.
- La tolerancia y la compasiòn siempre deben ir por encima del coraje y la negatividad.
- Cualquier día es bueno para comenzar a cambiar tu forma de ver la vida.
- Una sonrisa y un simple “gracias” pueden cambiar el día de otra persona.
- Dile a los tuyos que los amas en todo momento y lugar. Aunque suene ridículo, es posible que no haya un después.
- No hay planes perfectos. Siempre tienes que tener espacio para ser flexible e improvisar ante las circunstancias.
- Valora el esfuerzo y trabajo de cada ser humano que se cruza en tu camino.
- Lo que va a pasarte va a pasarte cuando sea tu hora. No antes. No después.
- Vive Carajo! Vive!
Esta semana te invito a hacer una pausa cada vez que te pase algo que te saca del “plan” que tenías. Pregúntate: vale la pena batallar o esa energía la puedo canalizar buscando una solución viable y aun así, lograr mi objetivo? Escoger tus batallas mi querido sol, es una forma de conectar…
Besitos,
Misma