Mucho se repite cada día la frase “Y si hay que empezar de cero, pues se empieza”. De hecho, se ha vuelto más popular en los últimos días en Facebook por unos mensajitos cutes que andan por ahí. Y es cierto que en ocasiones debemos perderlo todo para poder comenzar de nuevo. Sin embargo, no existe nada como empezar de cero. Tal vez lo que existe es un renacer o el comenzar a construir. Pero una persona nunca va a poder empezar de cero porque las experiencias pasadas deben haberlo moldeado para bien o para mal. En la vida no existe esa famosa función que te reestablece el equipo a su configuración inicial. Ojalá y así fuera!
Cuando se trata de una situación económica en la que hemos perdido nuestro hogar, trabajo o x cosa material es cierto que debemos comenzar a trabajar arduamente para lograr obtener o recuperar lo que perdimos o tener algo mejor. No obstante, la experiencia de haberlo perdido y la enseñanza prevalecen. Y es el momento de la “segunda oportunidad” ahora sabiendo lo que ya sabemos que no podemos hacer. Lo mismo pasa con las relaciones de pareja, familia y amistades. Nos toca volver a intentar, pero con la lección del pasado. Si empezaras desde cero literalmente lo vivido, lo sufrido, habrá sido en vano. Nadie que ha sabido vivir su proceso empieza desde cero. Hay una malicia, una maña, una enseñanza que no se olvida. Un callo creado en el alma que nos impulsa a no cometer los mismos errores y a sobrepasar los obstáculos.
Utiliza las enseñanzas del pasado para catapultarte hacia esa segunda y bien merecida oportunidad. No vivas en el pasado, más aprende la lección. Al final, te darás cuenta que tenías mucho más de lo que pensabas para intentarlo nuevamente. Empezar de cero, no. Comenzar con ventaja sí! Eso es conectar.
Abrazos rompecostillas,
Misma