De las reuniones familiares

Se acercan las festividades de Navidad y con ellas las reuniones familiares. Para la gran mayoría de las personas las reuniones familiares y fiestas son de los momentos más alegres del mundo. Uno se reúne con personas que no te ven a veces en todo el año. Se ponen al día, se comparte y se come como si fuéramos el “pavo” a rellenar. Sin embargo, hay un grupo de la poblaciòn para el que las reuniones familiares son un martirio y realmente un momento difícil. Y me incluyo, porque lo he vivido. Hay personas a los que esos encuentros les provocan la mayor ansiedad del mundo. Les cuento algunas razones:

1. Te encuentras con las tías y primas que te preguntan lo mas hermoso que se le puede preguntar a una mujer “nenaaa y no tienes novio?” O la otra: “ Pero y tú no te piensas casar?”. Miran a tu mamá y le dicen “esta no te va a dar nietos y yo que adoro a las 5 bendiciones de fulanita”. O sea, tras que te joden a ti, joden a tu madre también. O peor, “ y qué es de la vida de fulano?” Tienes 30 años y fulano es tu novio de noveno. Que papelón! Después de cierta edad, yo les daba pena a las mias porque tenia endometriosis y cuando aparecía alguien impropio alguien decía “shhhh, ella no puede tener”. Jajajja Realmente nunca supe si podía tener, pero por lo menos, me pelaban menos. De las pocas ventajas de la endometriosis.

2. Si ya estas viviendo con tu pareja o te casaste, la pregunta obligada para ambos es “y cuando van a agrandar la familia?’ Y si contestan que quieren dedicarse un tiempo juntos como pareja viajar y compartir ustedes solos, los miran como si tuvieran los tres 6 en la cabeza.

3. Pero la frase mas jodona es la próxima “nenaaaa, tú como que tienes unas libritas?” Ay mi Dios! Si! Y tu lengua cada vez pesa mas también! Sino, “muchacha, pero que gorda tu estas!” A esa quieres envenenarla con la comida. Y la que es mas sutil y me jode mas: “Tu estas llenita, pero con tu carita hermosa como siempre”. Hello!!! Clase piropo!

Estas son solo tres de las muchas situaciones que se dan en las reuniones familiares que han hecho por mucho tiempo que muchos odien las fiestas de Navidad y que siempre encuentren excusas para ir. Porque en verdad no todo el mundo tiene el cuero duro para aguantar esto todos los años. Le faltamos a la sensibilidad por ser familia. Y el punto es que en ocasiones no nos damos cuenta. Después el que no asiste es el que no quiere ir a la fiesta. Es el mas comemierda porque no llega y siempre tiene otra cosa. Pero jamàs nos damos cuenta que nosotros los alejamos con nuestros comentarios y preguntas. Y que llevamos años haciendo lo mismo.

Las generaciones han cambiado y nuestros jóvenes han aprendido a contestar y defenderse ante este tipo de situaciones que lamentablemente nunca debieron ocurrir. Aun así, seamos consientes y cuidemos mejor el ambiente de las reuniones familiares. Acojamos a todos. Es momento de apapacharse no de poner a otros en el “spot”.

El tener reuniones familiares donde todos nos sintamos còmodos es conectar.

Que la pasen lindo!

Misma