A veces pensamos que las personas que logran sus metas o que “salen del hoyo” simplemente llegaron allí por arte de magia. Y la realidad es que la mayoría no lo logró así. Claro, hay casos donde las personas heredan un imperio o una fortuna, pero esos son muy pocos.Y de seguro tú y yo no somos esos! ? El resto que se encuentra en la cima de la montaña tuvo que trabajar fuerte, tomar decisiones consientes y hasta dolorosas para llegar a donde están. Los libros que estaban en su mesa de noche no eran “comics” o novelas de romance. Los vídeos o películas que veían no eran solamente las cositas cómicas del momento o cosas a la ligera. Por mi madre que no estaban viendo las novelas turcas esas de moda! No se juntaban con gente que estaban el el “quejín mode”. No tenían conversaciones de bobadas. Cada cosa que caía en sus manos tenía un propósito. Cada paso, cada acción. Aprovechaban cada oportunidad para crecer y para estar listos para cuando llegara su momento. Sus acciones estaban determinadas por algo más elevado; propósito.
El éxito es la suma de la preparación y la oportunidad. Si estás listo para cuando llegue la oportunidad vas a ser exitoso. Prepárate y esfuérzate cada día. Haz cosas que te acerquen a tu meta por pequeñas que sean.
Pregúntate hoy, ¿que estoy haciendo para salir del hoyo hacia la cima de la montaña? Y si la respuesta es: quejarme. Deja eso a un lado. Cancélalo y cuando te vayas a quejar, lee un libro, ve un vídeo, júntate con alguien que te eleve a conversar… haz algo que detenga esa mentalidad de escasez y que te ayude a dar pasos hacia tu meta. Haz un esfuerzo consiente por detener en esos primeros 5 Segundos ese pensamiento que te aleja de eso que quieres ser.
Nadie que llegó a la cima cayó allí de paracaídas! Realizar pequeños actos diarios que te lleven a tu meta es conectar.
Un abrazo,
Misma