A 40 días de este inolvidable suceso, tengo 40 lecciones aprendidas. Las comparto en broma y en serio. Los quiero!
Misma☀️?☀️
1. La vida no es un carnaval como decía Celia.
2. Todos los días se aprende algo.
3. En estas circunstancias no es el más fuerte el que sobrevive, sino el más astuto y el que fluye con lo que hay en el camino.
4. El calentador no hace falta una vez entiendes que hablar malo en la ducha está permitido.
5. El blower y la plancha son artefactos del pasado y de colección.
6. Lavar ropa a mano debería ser contado como “crossfit”
7. Un huracán y mi PMS jamás deben ocurrir en la misma fecha.
8. Mi cumpleaños puede ser un día cualquiera. Todos los días cuando suena el despertador se vuelve a nacer.
9. El huracán más desastroso que existe no se llama María, se llama conducta humana y esa está arrasando con todo.
10. Poco a poco uno se acostumbra a todo. A lo que nunca te debes acostumbrar es a ser maltratado por nadie.
11. Me hace falta mi rutina. Lo admito. Llego a casa a oscuras, me siento a leer un libro (ya estamos a 2-3 por semana) sin hacer nada más hasta bañarme y acostarme.
12. La visita de un Presidente no cambia nada. Solamente logró paralizar más al país en unas horas.
13. La comida caliente es un mito. Si está bien hecha, fría también sabe a gloria.
14. El reto del día es vivirlo estando presente. Sintiendo, fluyendo y soltando. Llorando y riendo.
15. Es más fácil conseguir alcohol que baterías.
16. Seré yo o cada día vivimos metidos en el show de “Survivor” pero sin la motivación de los chavos del premio final.
17. Puerto Rico se levanta pero es porque no hay de otra. Uno se levanta cada día porque quedarte en la cama (si es que tienes una) es imposible. No porque la cosa se está moviendo o mejorando.
18. ¿Cômo era que se llamaba la aplicación esa para ver películas y series del pasado? Ah! Ya! Netflix!
19. Sabes que has pasado un Huracán Categoría 5, cuando te da ganas de abrazar al que guía el camión de UPS o al cartero, aunque no te traiga nada.
20. Esta emergencia me ha dejado conocer los vecinos y darme cuenta que estaba mejor sin conocerlos. Lol
21. Me emociona el ensordecedor ruido de los aviones que llegan a Puerto Rico.
22. Un picnic en el baúl de mi guagua con mi plato de almuerzo mirando para La Martínez Nadal se ha convertido en el “pic moment” del día.
23. Me regalan una linterna y me emociono más que si me regalaran la llave de un carro.
24. La mejor comida del día es la que logras comerte.
25. Queda comprobado que eso de tres comidas al día y dos meriendas no es necesario para vivir.
26. Jamás había valorado tanto el hielo o el humo saliendo de un plato de comida (ese último no es que me encante, pero lo valoro).
27. Vivo agradecida de todos los voluntarios que día a día se tiran a la calle a ayudar a los demás y a levantar a Puerto Rico, alma con alma.
28. La inventiva y creatividad del Boricua para las tablas de lavar, las máquinas de lavar caseras, las técnicas de exprimir ropa, las estufas criollas con leña, etc. Me ponen una sonrisa.
29. Los hermanos de la diáspora que han sabido llevar la voz cantante en traer suministros, clamar al gobierno y a los congresistas, me inflan el pecho; porque se fueron pero siguen con Puerto Rico en su corazón.
30. La naturaleza es perfecta: los árboles están reverdeciendo y buscando luz para recuperarse. No se quejan. Ellos están fluyendo y dejándose llevar. Nosotros?
31. Ayer me regalaron una hornilla de gas y la quiero más que a mi iWatch (y eso es mucho decir!).
32. Una vez te has metido contra las paredes y las esquinas de los muebles par de noches consecutivas, te das cuenta que puedes ver en la oscuridad y que eres casi superhéroe.
33. Quien menos tiene y quien menos puede es el que te saca la sonrisa más grande.
34. El dolor y la necesidad sacan de la gente lo mejor o lo peor. De qué lado estamos? Esa es una decisión consiente y diaria.
35. Veo los camiones de la AEE y me emociono como si estuviera viendo a Ricky Martin (el que me conoce sabe lo grande que es esa emoción).
36. Al día 39 se hizo La Luz. La emoción? Hay que vivirla! Agradecimiento profundo en el alma y ya pensando en lo que quiero hacer para ayudar a otros con lo que Dios me ha dado.
37. Al apagar los abanicos de batería y las lámparas, los abracé a cada uno y les agradecí su servicio.
38. Esta mañana tenía luz, me levaté de la cama y me fui a oscuras (como siempre al baño). Ahí me acordé que tenía luz. ?Ya la rutina era otra!
39. Jorge Bracero, el empleado de la AEE, consolò más corazones puertorriqueños con su famosa frase “no estás olvidado” que el Gobernador, su gabinete y un Presidente de una nación juntos.
40. Si Maria no te cambiò, eres de piedra. Tienes que volver a nacer.
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