La vida comienza al final de tu zona de confort.
Es interesante que por un momento te detengas y te preguntes: ¿Cuándo fue que dejaste de soñar? ¿Cuándo fue que dejaste de creer en que tú podías hacer algo que te gustaba en este momento? ¿Cuándo fue que decidiste postergar tus asuntos por miedo o por el qué dirán? De pequeña(o) o adolescente esto no ocurría. Cuantas ideas alocadas corrían por tu mente a las cuales tus padres y tus amigos reaccionaban con un “tú estás bien loca(o)” o “crazy girl (boy)”. Y no te importaba. Tú ibas pa’lante! Pero llegó un momento dado en que eso cambió. Un momento en el que tanto te repitieron que no se podía, que dejaste de creer. De soñar. De intentar. Comenzaste a seguir “las reglas”. Y según muchos “maduraste”’. Y dejaste de actuar como si estuvieras vivo.
Pasaste por la vida postergando todo. Tratando de encontrar el momento perfecto para hacer lo que querías. Para cumplir tus sueños. Para emprender.
Los que son padres pensando que cuando los hijos estén en la universidad van a dar el viaje que siempre soñaron. Los que trabajan pensando en que cuando se retiren van a dedicarse a pasear, a compartir con su familia, a compartir con su pareja, a conocer nuevas personas, a ir a conciertos y al teatro, etc. Y poco a poco seguimos postergando pequeñas y grandes cosas. Poco a poco se nos desgasta la vida buscando el momento perfecto para vivir.
¿Lo peor? Que llega el momento esperado y siempre va a surgir algo que lo detenga. Porque lo que lo detiene no son sus hijos, no es el trabajo, no son las circunstancias; eres tú. Es tu mente que piensa todo el tiempo que eso que quieres no es importante. Que te repite que no debes malgastar tiempo y dinero en eso. Que te dice que no puedes. Que no debes. Que ya estás muy viejo(a). Que todo estå bien como estå y que no hay razones para cambiar. Y se te va la vida. Y te amargas. Y eres infeliz. Y te conviertes en esclavo(a) de la rutina. Y comienzas a actuar como si estuvieras muerto. Entonces vas caminando y te encuentras con esos cadáveres que deambulan por las calles como si fuera “Walking Dead”. Y hasta te sientes en comunidad. Una comunidad de Zombis que nunca vivieron. Que nunca actuaron por miedo. Que se dejaron paralizar por estar esperando el momento perfecto. Que nunca salieron de lo que llamamos “comfort zone” o zona de comodidad/confort.
HOY, te invito a hacer una lista de cinco (5) cosas que siempre has querido hacer y que por la razón que sea, no las has hecho. Pueden ser cosas grandes o pequeñas. No importa. Lo importante es que esta es tu lista de pendientes. Cosas que te debes a ti misma(o). Cuando estés pensando en estas cosas quiero que te sitúes en ese momento, realizando esa actividad. Atiende tus emociones al imaginarlo. Con quién te gustaría compartir este momento (se acepta que sea contigo misma(a)). Vívete la película. Busca información al respecto. Si es un viaje, busca fotos del lugar. Actividades que puedas hacer. Sitúate. Escucha. Percibe.
Y en cada una, piensa realmente ¿qué te detiene? Sé honesta(o) ¿Es algo para lo que puedes trazar un plan? Al menos de las 5 cosas, coño debe haber tres que puedas trazar un plan para hacerlas. Cuando las hagas, me envías fotos!!! J
Recuerda, estás vivo. Actúa como si lo estuvieras. La gente que está viva actúa, no se conforma. La vida comienza cuando sales de tu zona de confort!
Abrazo de Oso Mi Sol!